
El
PRONOEI fue creado en 1970 como una alternativa innovadora que permita extender
los servicios y hacer más equitativa la educación inicial en zonas marginadas y
de extrema pobreza.
Los
PRONOEI son atendidos por profesoras llamadas Animadoras y son captadas de la
misma comunidad en la que viven, las mismas que son seleccionadas previa
evaluación y propuesta de la docente coordinadora.
La
Coordinadora es una docente nombrada mediante concurso público del Ministerio
de Educación – ambas tienen nombramiento oficial del Ministerio de Educación.
Las PRONOEI carecen de presupuesto, excepto para el pago del personal docente, que por residir en la comunidad perciben una asignación muy por debajo de una docente regular. Para su funcionamiento se utilizan locales que la misma comunidad proporciona.
Las PRONOEI carecen de presupuesto, excepto para el pago del personal docente, que por residir en la comunidad perciben una asignación muy por debajo de una docente regular. Para su funcionamiento se utilizan locales que la misma comunidad proporciona.
Por ejemplo, la norma señala que la participación de los
niños en los programas no escolarizados “no generará ningún pago, quedando
prohibido el condicionamiento de la inscripción de los niños al pago de alguna
contribución”.
Sin embargo, los PRONOEI no reciben ningún presupuesto para
la intervención pedagógica, para los materiales educativos, para el
mantenimiento del local, para el pago de los servicios básicos. Dicha situación
convierte los aportes de las familias en una necesidad para que el PRONOEI
pueda sostenerse.
La norma también señala cuáles tienen que ser las condiciones
que deben reunir la infraestructura y el mobiliario de los locales en los que
funcionará el PRONOEI, pero en la mayoría de los casos funcionan en el local y
con el mobiliario que la comunidad ha conseguido.
Los
inicios de PRONEI radican en un esfuerzo por ofrecer una alternativa de
atención a niños y niñas que no tienen acceso a una educación formal,
reconociendo la importancia del rol educador que tiene la comunidad de las
zonas rurales y urbanas marginales.
En 1965
en la ciudad de Puno, se gestó el primer programa, en una acción de promoción
social por 21 jóvenes campesinos. Los wawa wasis- wawa uta, fueron las primeras
casas de niños de comunidades quechuas y aymaras, organizadas para atenderlos
junto con sus madres, como una forma de protección y de atención a sus
necesidades básicas.
Con el
apoyo de CARITAS y del Ministerio de Educación, los wawa wasis o PRONOEI,
fueron extendidos a nivel nacional.
La cobertura actual incluye niños y niñas de 3 a 5 años de zonas urbano marginales y rurales del todo el país. Opera a nivel nacional y dentro del sistema escolar del nivel de Educación Inicial en la alternativa de atención no escolarizada.
Debería tener una partida económica del estado o del gobierno de turno.
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